Manuel Aragón

El formato es un disco óptico de 12cm de diámetro, el mismo que el DVD y CD. La principal diferencia estriba en que el Disco Blue-Ray (BD) utiliza un láser de color azul de 405 nanómetros de longitud de onda mientras el del DVD es rojo y de 650 nanómetros, con lo que en el BD los puntos de información legibles en el disco son mucho más pequeños y, por tanto, el mismo espacio puede contener mucha más información. Además de las mejoras en la tecnología óptica, los discos Blu-ray incorporan un sistema de codificación de datos mejorado que permite empaquetar aún más la información. Los discos Blu-ray tienen un sistema experimental anticopia denominado BD+ que permite cambiar dinámicamente las claves para la protección criptográfica de los BD originales. Si una de estas claves es descubierta, los fabricantes no tienen más que cambiar la clave, de forma que las nuevas unidades del producto no puedan ser pirateadas con dicha clave descubierta.

Hablando de datos, en esta tabla se pueden comparar de una forma muy clara las características de las tres tecnologías:

Haciendo mención al medio ambiente, el disco Blu-ray Disc está basado en un sustrato de papel con lo que es mucho menos contaminante a la hora de destruirlo que los discos tradicionales. La capa superficial a la que se adhieren los materiales normalmente está hecha de policarbonato plástico, que es lo que BD reemplaza por papel. El resultado es un disco en el que el papel representa el 52% de su peso total, según afirma Sony.

El caso es que ahora que todo el mundo tenía DVD en su casa para ver películas parece ser que vamos a necesitar comprar un lector de Blu-Ray para verlas en alta definición. Es una forma magnífica de sacarnos la pasta porque ¿realmente necesitamos más calidad que la que da un DVD para una pantalla como máximo de 42″? Yo creo que no pero ya se encargará Sony de crearnos la necesidad.